SABORES

Jujuy tiene muchas características para destacar, pero esta vez quisimos centrarnos en una muy especial. La comida jujeña no es un plato más, requiere una minuciosa elaboración para consolidarse como una verdadera exquisitez. Los alimentos que se usan para estas preparaciones son vitales, ya que gracias a su sabor inalterable le permite a la persona que viene a hacer turismo en Jujuy, poder disfrutar de un bocado de cultura.

Con el avance de la época y la gran afluencia que Jujuy alcanza año a año, la cocina gourmet se vio en la obligación de variar sus menús y esto fue posible gracias a la incorporación de los alimentos extraídos especialmente de la tierra para ser llevados directamente a la cocina. Una vez que el turista prueba un bocado de esta comida, entiende que no se trata de un alimento más, sino que se trata de un trozo de historia.

Hay un dato muy importante que los agricultores de Jujuy tienen en cuenta a la hora de recolectar los alimentos que crecen de la tierra es el clima y las diferentes alturas sobre el nivel del mar. Esto le da una amplia diversidad en el desarrollo gastronómico. Cada localidad o pueblo tiene un plato típico que viene acompañado de un historial ancestral digno de respeto y admiración.

La comida que predomina en la Puna es la Calapurca, este plato se calienta previo a servirse con piedras ardientes. Se trata de un guiso que contiene maíz, ají molido, charqui, hueso blanco, entre otros. Es uno de los más solicitados tanto por los turistas como por los propios jujeños que viven en la zona. Otro plato muy común está compuesto por la variedad de papas que se pueden encontrar en la Puna.

En la Quebrada de Humahuaca los postres son moneda corriente. Proliferan el dulce de cayote con quesillo, el anchi de pelón, o la tradicional mazamorra. Para los amantes de lo salado, el abanico de opciones es muy tentador y se puede elegir entre una gran variedad de papas, maíces, habas, humitas, tamales, empanadas, locro con verdeo, cazuelas de llama y cordero.

La gastronomía de Jujuy es sin dudas un viaje a una cultura ancestral cargada de historias. Sabores y costumbres que aunque el tiempo avance, se mantienen. Los sabores jujeños son el plato perfecto para completar el combo de un visitante, que viene a buscar un poco de cultura. La provincia goza de una gran tradición culinaria que durante años fue protegida por los ancestros y eso en la actualidad, se mantiene vigente.