La belleza de los cerros en Jujuy es tan imponente que la custodia terrenal no alcanza para proteger el patrimonio de los jujeños ni a los animales que viven en La Puna. Por eso, los lugareños cuentan sobre la existencia de un ser mágico que solo se dedica a proteger a los camélidos que habitan el lugar de los cazadores furtivos. Quienes lo han visto lo describen de un aspecto muy peculiar. Esta es la inquietante historia de El Coquena.
La leyenda dice que El Coquena tiene la apariencia de un niño de 10 años, pero con algunas particularidades: siempre mastica coca, usa ojotas, un sombrero, un poncho y tiene rasgos indígenas. Todo aquel que ose lastimar a las llamas, vicuñas o guanacos sentirá la furia del cuidador de los cerros, se dice que busca provocar el mismo dolor que un cazador provoca en un animal indefenso.
Tristemente, la cacería de estos animales se da con frecuencia en La Puna. Su carne y lana son muy cotizados. Si bien, para obtener la lana no es necesario hacerle daño al animal pero algunos cazadores prefieren matarlos o generarles lesiones graves. Otros simplemente los dejan morir condenándolos a trabajar hasta el cansancio. Todo esto no pasa inadvertido para el cuidador que, antes de hacer su presencia ante los cazadores, decide sembrar el pavor para luego atacar.
La historia de El Coquena es muy comentada entre los pueblos
de La Puna, pues cada tanto los lugareños afirman escuchar su característico silbido, que proviene de lo más profundo de las montañas. Así es como el ser mágico hace saber que sigue allí, custodiando y velando por el bienestar de los animales. Hay quienes dicen que este duende es capaz de matar a golpes a un cazador, o bien, usar la misma arma que usó en contra de un animal.
Cuando se ve a una tropa de animales vagar por La Puna, sin nadie que las esté guiando, se dice que El Coquena está arriándolos a mejores tierras. Este ser se mantiene siempre imperceptible para los humanos, a menos que él decida lo contrario y si ve que la insistencia del cazador no cesa, emitirá su peculiar silbido con el fin de hacerlo desistir pero si nada funciona sí se hará presente y el desenlace será desolador.
No todo es maldad en este ser mágico que protege a los animales de La Puna, se dice que puede ser muy generoso con aquellos que no lastimen a los camélidos. Lo cierto es que para evitar los problemas con El Coquena, lo mejor es mantenerse lejos de los animales que habitan en los pueblos del lugar.