Se sabe que Jujuy es una provincia con creencias religiosas muy arraigadas que perduran hasta la fecha. Por eso, los jujeños se preparan para honrar al patrono que lleva el nombre de su capital, pero detrás de la celebración se esconde una importante historia que tiene como protagonista central al Santísimo, patrono de la capital jujeña.
De acuerdo a varios relatos de estudiosos, la historia se remonta al 1593 cuando el conquistador español Francisco de Argañaráz llegaba junto con otras personas con serias intenciones de fundar una ciudad en estos valles. El interés por poblar este lugar se debía a que los españoles necesitaban una vía de acceso hasta el Alto Perú.
Para el conquistador español se había vuelto una afrenta imposible de llevar a cabo sin un respaldo económico, por lo que tuvo que acudir a su esposa, Bernardina Mejía y fue así que logró echar bases de la ciudad y como símbolo de conquista plantó la Picota o Árbol de la Justicia en el centro de lo que es hoy la Plaza Central.
Como gesto de agradecimiento por haberlo salvado de varios encuentros feroces contra los nativos, por proteger toda su riqueza y en honor a su catolicismo fue que decidió darle el nombre de San Salvador a la capital de Jujuy. Hoy por hoy, cada 6 de agosto los jujeños realizan una gran celebración en honor al Santísimo, tradición que se mantiene hace años y sigue vigente en la actualidad.