Por Nahuel Flores, profesor de Historia
Los días del mes de octubre en Jujuy transcurren pasividad, un descanso después de las fiestas de los estudiantes el mes anterior en la capital jujeña; todo es descanso, o eso es lo que parece.
Octubre nuevamente moviliza al pueblo, pues es el mes de la Virgen de Río Blanco. Una festividad no solo importante para un pueblo profundamente cristiano y con arraigadas tradiciones marianas, sino importante para su cultura que ha construido desde la independencia un sentido sacro al culto de la Virgen María, y la sociedad misma que aclama todos los años mostrando su veneración, así lo expresaba Cafrune ese sentir: “Tú gozas del respeto y del cariño de tus hijos. Así los peregrinos te rezan en tu altar”.
Los peregrinos se agolpan los domingos durante todo el mes décimo del calendario, aun que las misas también trascurren los sábados. Cada peregrino evoca no solo un sentimiento de sacrificio, hay sueños, agradecimiento, penas, alegrías, todos sentimientos humanos propios de aquellos que viven la fe en la Virgen del Rosario no solo como una tradición.
Según los registros del Obispado de Jujuy, la devoción surge en los años 1650 y 1660 para las cuales a modo de poder evangelizar a los pueblos de los Paypayas y demás tribus que existían en las zonas. Es importante analizar el rol que cumple la veneración a la Virgen María no solo como un fenómeno religioso sino como un signo de la importancia del culto a una mujer virgen, madre del Dios Salvador casto y amable que murió abandonado por sus amigos y resucito, y prometió volver para Salvar a la humanidad dejando a sus discípulos para que preparen su regreso con las enseñanzas que dejó antes de partir.
Esto es la figura de Cristo y el ídolo central de la cultura azteca Quetzacoalt, las dos historias tan similares que impresiono a los mismos españoles. Basta con mirar los signos que se encuentran en la Guadalupe: La mujer embarazada signo de fertilidad y buena fortuna para los naturales americanos; las constelaciones que brillaban en a la fecha de la aparición de la Virgen de Guadalupe impresas en el manto; La piel morena, signo del mestizaje español e indio; su manto azul verde que son los colores de la nobleza azteca.
Signos y símbolos fuertes en todas las advocaciones Marianas no solo para los Naturales Americanos, sino para el español. Recordemos que el titulo de la Virgen de RÍo Blanco es “Virgen del Rosario…”, un signo fuerte no solo por lo que significa el Rosario para el católico, sino que impregnado de historia.
Según la tradición católica, le es dado a Santo Domingo de Guzmán (Santo español y fundador de la orden de los Dominicos) por la Virgen, y durante la Batalla de Lepanto (1571) en la que lideraba España a la flota cristiana derroto al imperio Otomano mientras el pueblo rezaba el rosario, así el 7 de Octubre se instituyo lo que hoy conocemos como el día de la “Virgen del Rosario”, y este hecho consagro a España como el imperio más poderoso de Europa.
Luego será Belgrano quien, al llegar a estas tierras, formado en las ideas de la Escuela de Salamanca (escuela económica y política fundada por un sacerdote Domínico tomando el pensamiento Tomista), dará su bastón de mando a la Virgen de la Merced en Tucumán.
Miremos como los lazos de una cultura y otra se tocan, se funden en un sentir propio de nuestras tierras criollas, todas ellas en la veneración a la Virgen del Rosario que es celebrada todo el Mes de Octubre en 2021 en la provincia de Jujuy, antiguo territorio del Virreinato del Río de la Plata.
No es solo un hecho religioso para católicos, sino que impregna toda la cultura criolla nacional; desde las ideas políticas de Belgrano sobre los límites del Estado frente al individuo tomado de las ideas de la escuela de Salamanca, fundada por domínicos que no solo enseñaron conceptos políticos, sino que predicaron el rezo del rosario y que en una batalla que consagró a España como el reino más importante de Europa, la Virgen y el Rosario tuvieron un papel importante, que llego a estas tierras y desde hace siglos todo un pueblo le rinde honor.
En todo ese hilo, se encuentra en silencio, la figura de la Virgen María, silenciosa, pero muy presente en la memoria cultural de Jujuy. “Honrar a la Virgen de Rio Blanco es honrar a Jujuy, esta conectada con nuestro pasado de rebeldía india y de resistencia hispana con la implantación de la fe cristiana en nuestra tierra, con la obra de nuestra civilización y con la defensa de nuestra libertad.” Dr. Horacio Carrillo, Gobernador de Jujuy, año 1920