Días atrás, el Papa Francisco anunciaba la beatificación del Papa Juan Pablo I. Esto trajo consigo la beatificación del jujeño Pedro Ortiz de Zárate, quien fuer asesinado en la provincia de Salta, un crimen que fue declarado como odio a la fe. La noticia generó gran emoción en la comunidad jujeña.
Ante un anuncio de esta envergadura, es menester contar un poco quién fue Pedro Ortiz de Zárate. Se sabe que nació en San Salvador de Jujuy, en 1622. Su familia estaba compuesta por conquistadores, eran poseedores de varias encomiendas en la región. Algo que para la época significaba mucho.
Ya en 1644, se casó con Petronila de Ibarra, quien también pertenecía a una de las familias acomodadas de la zona. Lo que comenzó como una verdadera historia de amor, terminó con un final muy trágico, pues Ortiz de Zárate quedó viudo al perder a su esposa tras el derrumbe de un edificio.
No se sabe si fue esta tragedia lo que despertó su vocación religiosa, puesto que tras ese hecho fatídico dejó su vida como un hombre común y se mudó a Córdoba, allí estudió en el seminario para luego ordenarse como sacerdote, en 1675. Así comenzó el camino de la evangelización de los indígenas de Chaco, junto a un grupo de misioneros jesuitas que ya ejercían esa labor. en la zona.
Era parte de su labor como misionero mediar entre las autoridades españolas y los grupos indígenas. Sin embargo, los esfuerzos de Pedro Ortiz de Zárate por establecer la paz no fueron suficientes. El sacerdote fue asesinado por los nativos, junto con los jesuitas Diego Ruiz y Antonio Solinas. Los tres murieron asesinados el 27 de octubre de 1683.
Su martirio plasmado en una pintura
En la mítica pintura restaurada en 1984, se observa el martirio que atravesó el sacerdote. La imagen muestra cómo fue atacado por un indígena que lo apuñala en el pecho. En el lienzo se muestra en la esquina superior derecha, un ángel que se dispone a coronarlo y a otorgarle la palma que caracteriza a los mártires.
La figura de este sacerdote tiene gran importancia dentro de la religiosidad argentina, especialmente en Jujuy y ahora finalmente tendrá el reconocimiento que se merece al ser beatificado.
