Marcela, quien orgullosa lleva la herencia de una familia artesana, nos cuenta un poco sobre sus tejidos a mano y cómo es la vida de alguien que se dedica a este rubro.

En uno de los puestos del Paseo de las Artesanías, se encuentra tejiendo Marcela, quien ofrece manualidades como llaveros y algunas plantas autóctonas. Sin embargo, su especialidad son los productos tejidos a mano, en los que se destacan pullovers y caminitos para la mesa. Desde su infancia se dedica a todo lo relacionado a las artesanías: “Mi abuela es quien me enseñó a tejer a mano. Ella esquilaba y fabricaba la lana. Tengo un recuerdo con ella en donde yo la ayudaba a lavar lo esquilado en el río” cuenta. 

Dentro de lo que es la cultura jujeña, es común que los hombres se dediquen a realizar artesanías con cardón, mientras que a las mujeres les toca amigarse con las agujas. “Lo más lindo de esta tradición es que es un saber que perdura en el tiempo. Yo no tengo hijas, pero me encantaría haber tenido para poder enseñarles esto que es tan precioso” afirma nuestra entrevistada.

No solo se debe tejer con paciencia y prolijidad, sino también encontrar materia prima de buena calidad: “Lógicamente, acá en la ciudad no se permiten tener animales. Por eso, yo le compro todo a una hilandería de confianza. Los precios varían dependiendo de que tan limpia esté la lana, y cuánto más limpia, más cara es. Para identificar que la lana no sea industrial, aconsejo que chequeen si hay como ‘pelusas’ alrededor del producto”.

Marcela comenta que muchas veces su trabajo es cuestionado, debido a que no genera muchos ingresos. “‘Mucha gente me cuestiona, pero yo sigo acá porque es algo que me gusta hacer. Algunos precios son elevados, pero porque tejer me cuesta mucho trabajo. Para hacer un solo producto estoy un mes aproximadamente, y sigo porque esto es a lo que me dedico y quiero seguir la herencia que me dejo mi familia” 

Te invitamos a conocerla a ella y a todos los feriantes del Paseo de los Artesanos, ubicado en Sarmiento 524, San Salvador de Jujuy.