La alegría comenzó al mediodía. Los compadres se saludaron con un fuerte abrazo mientras intercambiaban las bebidas que compartieron en las largas e interminables mesas. Las anécdotas (quizás ya contadas que hoy tendrán una nueva versión) fueron el plato fuerte del día. Las risas y los vasos chocando entre sí le dieron el broche de oro a la jornada entre amigos.

La sonrisa pintada de oreja a oreja de cada uno de los compadres que bailaron con la música bien fuerte apenas se distingue debajo del talco y el papel picado que casi les cubre la cara. Mientras tanto, en la mesa larga e interminable, retumbaron las anécdotas y experiencias de otras «compadreadas».

Hoy Jujuy es alegría. Es amistad en el más puro de sus estados. Aquellos que quedaron solos o que por diversos motivos no pudieron festejar con amigos, bastó con que se acercaran hasta un bar o una casa para convertirse en invitados de lujo. La silla y un buen vaso con refrescante bebida espirituosa nunca va a faltar.

En Perico, los compadres salieron a las calles. Bombos, diablos que bailaban en el medio de la gente, agitando banderas, celebraron el penúltimo jueves previo al carnaval, la fiesta mayor. Nuestras tierras hoy vibraron al son de ellos, de los compadres que disfrutaron de un día a pura risa.