Los truenos empezaron a hacer temblar la tierra. Unos goterones empezaron a sonar contra el cemento de la Ciudad Cultural y los ceños empezaron a fruncirse. La última tarde del Carnavalódromo se suspendía y todos empezaron a dudar de lo que podía pasar a la noche. La última jornada de carnaval corría peligro.
Con el paso de las horas el agua empezó a drenarse y en la Ciudad Cultural se encendió una luz de esperanza. La última fiesta grande del 2022 era posible. Cuando el optimismo era pleno entre los organizadores. Un rayo cortó el cielo jujeño y la lluvia volvió a aguar las esperanzas, era todo decepción.
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Pero, los diablos querían bailar esta última noche en Los Tekis. Parece que aspiraron el agua desde las entrañas de la tierra. Las luces funcionaban a la perfección, el sistema de sonido se había bancado la embestida celestial. Pero la prueba de fuego llegó a la hora de revisar las carpas, también habían bancado estoicamente el meteoro.
Esta noche se bailará en la Ciudad Cultural, empezaremos a despedirnos del Carnaval Grande. Nos quedará grabado en las retinas las caras llenas de talco y témpera, las orejas con albahaca, los amores llenos de espuma. “No te vayas carnaval, quédate un poquito más…”