En 1812, el 23 de agosto, los jujeños demostraron su valentía en el “Éxodo Jujeño”, hecho histórico que determinó la victoria del ejército sobre los realistas, y se replegaron hacia Tucumán, no sólo el ejército, sino también toda la población de Jujuy, dejando al enemigo sin posibilidades de sobrevivir.
Este éxodo masivo debilitó al ejército realista, que perdió dos batallas decisivas hasta la victoria, la Batalla de Tucumán, el 24 de septiembre y la Batalla de Salta, el 20 de febrero de 1813. Esta idea, concebida por el general Manuel Belgrano e implementada por los jujeños, consistía en abandonar la villa de San Salvador de Jujuy, dejando atrás las casas, destruyendo, quemando o trasladando todo lo que pudiera ser de utilidad al ejército realista.
Además, estos hombres formaban parte de la milicia gaucha, que fue crucial en el momento de la victoria. Los jujeños, teniendo mucho ánimo, salieron de sus casas con armas, ganado, caballos, mulas y ovejas, y cosecharon antes de la siega, y enviaron a Tucumán todos los bienes que tenía en su poder.
Por eso, el 23 de agosto de cada año, la provincia de Jujuy se convierte en la capital de honor de la República Argentina, en referencia a este hecho histórico clave de nuestra independencia, con desfiles, espectáculos, obras de recreacion de este hecho de los cuales participan hombres, mujeres y niños como una forma de recordatorio a esta gesta patriotica.