En la provincia de Jujuy, el diseño y la arquitectura no solo son elementos decorativos, sino también testimonios vivos de la historia y la cultura de la región.

Germán Jiménez, diseñador y arquitecto cuya carrera y formación se entrelazan para dar forma a espacios que van más allá de lo estético, reflejando la identidad y el espíritu de Jujuy en cada obra.

Empezamos este recorrido por sus inicios en la arquitectura, desde sus sueños de infancia hasta su consolidación como con nombre y apellido en diseño arquitectónico en el norte argentino. «Desde muy chico siempre fui un gran apasionado del diseño en todos sus ámbitos», comenta Germán.

«Sabía que iba a ser arquitecto y soñaba con diseñar una casa. Amo profundamente el diseño y trabajo diariamente para que eso se refleje en mi trabajo».

Su pasión por el diseño lo inspiró a convertirse en arquitecto, y su carrera comenzó con fuerza. «Me recibí con 22 años y mi primer trabajo fue dirigir la ciudad cívica de Jujuy y ser jefe de diseño de una empresa constructora», no comparte.

Uno de los proyectos más significativos para Germán Jiménez fue el diseño de su propia casa, un desafío que lo llevó a diseñar un espacio que reflejara su modo de vida sin prejuicios. «Es una casa completamente negra», dice con orgullo.

Nos describe su estilo arquitectónico como con una «gran vuelta de rosca», donde combina tendencias mundiales con el contexto del norte argentino. «Intento hacer la fusión entre mi tierra y el modernismo europeo», explica. «Soy un fanático de estudiar materialidades y cómo combinarlas para que dialoguen de manera estética y adaptadas según la función».